LA NUEVA ONDA DEL ROCK EN LATINOAMERICA
LA HISTORIA DEL ROCK EN
LATINOAMERICA
Latinoamérica posee una
gama extensa de sonidos, de tendencias musicales, de cultura sonora.
Desde Tijuana hasta la Patagonia abundan las formas, los estilos, las
interpretaciones, los sonidos; con cada uno de ellos se vislumbra una
interpretación de la vida, una asociación interminable entre el sujeto que
escucha y la onda sonora que se manifiesta.
El Rock de
Latinoamérica, es el término usado por los especialistas para designar a
la música rock que se ha hecho en Hispanoamérica, el Caribe de habla no española, Brasil y en la comunidad latina de los Estados Unidos.
Este término abarca más que rock en español realizado en Hispanoamérica
ya que no discrimina a las bandas que interpretaban en inglés así como al rock de Brasil, el ska jamaiquino o la soca caribeña.
Los latinos hemos
generado muestras musicales propias, asociamos nuestros entornos y los volvemos
tangibles y simbólicos a través de distintos ritmos. Latinoamérica le ha dado
al mundo sonidos tan emblemáticos como la samba, la cumbia, el son, la salsa,
el reggae, el danzón, la chicha y el ska. Sin embargo, también hemos adaptado
uno de los ritmos más significativos del siglo XX: el rock
Las primeras manifestaciones de una rock a
iberoamericana se generaron en la región que integran México y California (Estados
Unidos).
El rock nació en Estados Unidos como una
representación del mestizaje cultural: la cultura de sobrevivencia de los
afroamericanos, la rebeldía de los blancos hijos de la gran represión y las
condiciones sociales de cambio de la posguerra impulsaron la cultura musical
que marcaría tendencia en las décadas posteriores.
En Latinoamérica empiezan a surgir pequeños
movimientos, auspiciados por el mass
media, que buscan emular parte del discurso “rockero”
norteamericano. En México se importó todo un modelo y se suavizó en las voces
de Angélica María, Alberto Vázquez, Cesar Costa y Enrique Guzmán.
En Sudamérica, el rock empezó a tomar dos
vertientes: una más ligada al subterráneo como Los Saicos de Perú y otra, mucho
más ligada a la estética norteamericana, como Sandro en Argentina.
Simultáneamente en Uruguay, México, Brasil y Argentina comienzan
a aparecer figuras locales que interpretan rock and roll.
Pero fue México
donde se produjo el primer "boom", con el apoyo de la radio, la
televisión, las compañías discográficas, la prensa, el cine y el público.
Con el paso de los años
y con la expansión musical que gracias a The Beatles se dio en el mundo, el
rock latinoamericano fue tomando forma. La llegada de las dictaduras militares
fue una pausa para el desarrollo de la mentalidad protestante del rock. A pesar
del clima de represión, la actitud simbólica del rock tomó otras formas en las
voces de Chico Buarque, Violeta Parra y Víctor Jara en Chile.
Los años 1970 fueron
una década muy difícil, pero muchos artistas se adaptaron a los tiempos, ya sea
tomando posturas menos encausadas o simplemente volver al concepto minimalista
de solo la música y nada más.

Con la llegada de los años ochenta y de la
instauración de la televisión como el medio masivo por excelencia, el
movimiento de rock en español tomaría fuerza.
El rock iberoamericano de los 80 comienza a
incorporar sonoridades e instrumentos autóctonos, como sucede con Fito Páez y
los aires tanguerosde "Giros", las
raíces en la samba y la bossa nova de
los Paralamas do Sucesso, el Ska y el reggae de Jamaica,
el soca trinitario,
el zouk martiniqueño,
la música negra de Estados
Unidos y los sonidos del África madre.
Dicen los que saben que
la historia tiende a repetirse; tras la sobreexplotación de los ochentas el
rock latino volvió a quedar endeble. Algunas agrupaciones lograrían pasar a la
historia, muchas otras sólo ayudaron a sembrar la actualidad musical que hoy
escuchamos.
La década de 1990 consolidó el estallido del
rock iberoamericano como fenómeno internacional juvenil masivo. Las bandas
comenzaron a desarrollar nuevos sonidos, experimentando con fusiones de todo
tipo, sin abandonar la pretensión de llegar a cada vez mayor cantidad de
jóvenes.
Entre los ejemplos más notables se encuentran, Soda Stereo con sus poderosas letras y potente música siendo
una de las bandas más influyentes dentro de la escena del rock no solo en
Latinoamérica sino a nivel internacional y Café Tacuba, con sus notables fusiones de fuentes diversas, que
integró toda una generación de notables bandas que dominaron en el plano
internacional, como los mexicanos Caifanes, Kenny y los Eléctricos, El Tri y Maná quienes domino el rock en México y abrió las
puertas a todos los grupos que le siguieron del rock mexicano, en México es
considerada como la banda más influyente e importante del país, Caifanes
también fue de las bandas más importantes del rock en español junto con Soda
Stereo y Héroes del Silencio. Por Chile se destacaron Los Tres, La Ley y Lucybell; y por Colombia Aterciopelados.
La primera década del siglo XXI ha visto como tanto el rock como el pop iberoamericano comenzaron a ocupar primeros planos mundiales de
manera sistemática y ya no solo como productos exóticos para la cultura
anglosajona
En pleno siglo XXI, la avanzada musical vino otra vez desde
Inglaterra, la camada de agrupaciones “indies” nos enseñaron que la música
también era autogestiva. Muchos grupos decidieron aventurarse hacia el
movimiento de “hágalo usted mismo”; el resultado ha sido sorprendente y
alentador:
México hoy representa
el mejor mercado para el rock latino, muestra de ello es el Festival Vive
Latino que, tras 12 ediciones, se ha consolidado como el lugar ideal para
recibir y exponer propuestas musicales de toda Latinoamérica.
Un caso especial se
vive en Chile, en los últimos diez años ha surgido una generación de músicos
que están haciendo muy bien su labor. Los músicos chilenos se encuentran en una
época de bonanza: Javiera Mena, Francisca Valenzuela, Lucybell, Pedro Piedra,
Perrosky, Los Bunkers, Fernando Milagros, Gepe, Astro, Dënver, y la lista puede
continuar. Sin duda Chile se ha vuelto un polo artístico y en la actualidad son
el gran importador de propuestas musicales independientes del continente.
El otrora gran
vanguardista del rock latino, Argentina, se encuentra en una fase de renovación.
Los grandes monstruos argentinos se encuentran en receso y dan paso a la
consolidación de otros tantos: Bersuit se provocó un revulsivo y empieza una
nueva historia sin la voz de Gustavo Cordera; Los Auténticos Decadentes
celebran 25 años de vida y se convierten en la punta de lanza de la nueva
generación de músicos argentos; Kapanga y Los Caligaris levantan la mano para
marcar una historia propia en la grandeza musical de Argentina.
La música independiente
argentina se encuentra preparando el paso para una nueva generación de
artistas, aquellos que regresarán, en algún momento, el geocentro del rock
latinoamericano al sur del continente.
En México, la situación
musical es de bonanza: tenemos festivales, público y agrupaciones en cantidad.
Poco a poco agrupaciones como Zoé, Chikita Violenta, Austin TV, Panteón Rococó,
Kinky y Nortec Collective: Bostich + Fussible, han hecho el relevo generacional
y se convirtieron en los nuevos estandartes del rock nacional
En otras regiones de
Latinoamérica también se están gestando movimientos de rock independiente de
gran interés. Venezuela levantó la mano con Los Amigos Invisibles, una
avalancha de funk folclórico que ha logrado internacionalizarse; Los Telecaster
siguen siendo la una de las agrupaciones de rock más interesantes de la región
y Los Mentas completan la avanzada de agrupaciones de este país.
Si volteamos a nuestro
alrededor, encontraremos en el rock latinoamericano nuevas formas, nuevas
maneras, nuevos conceptos; sin embargo mantienen el mismo fondo: la rebeldía,
la protesta y la inclusión. Hoy el “rock” ha mutado, se ha fusionado con la
sangre latina. Podemos hablar de una actitud “rockera”, de una ideología común
entre estilos, pero también podemos hablar de una comunión cultural que se está
dando en nuestra región.
El día de hoy
encontramos una amplia gama de proyectos musicales originarios de
Latinoamérica; la independencia es la nueva panacea de la región. Los países
sudamericanos viven una bonanza artística, México posee las mejores plataformas
para la proyección y la venia musical regional parece estar en su mejor
momento.
Las
propuestas de calidad empiezan a ser más numerosas, los millones de jóvenes
están esperando por escucharlos; solo esperamos que esa actitud y dinamismo del
rock latino siga presente, perpetuo. Que crezca, que cambie, que continúe vivo;
que las manifestaciones musicales no paren, el rock es un sueño que poco a poco
se vuelve realidad.